El español no es leal, en fin de cuentas, más que a su pueblo. España entra evidentemente en primer lugar, luego su tribu, después suprovincia, más tarde su pueblo, luego su familia y, finalmente, su trabajo.
El español no es leal, en fin de cuentas, más que a su pueblo. España entra evidentemente en primer lugar, luego su tribu, después suprovincia, más tarde su pueblo, luego su familia y, finalmente, su trabajo.