Todo lo que está sobre la faz de la Tierra se transforma siempre, porque la Tierra está viva, y tiene un alma.
Este entierro es un acontecimiento. Es el primer muerto de muerte natural que tenemos en muchos años.
Varias veces he puesto a hervir piedras para que los vecinos no sepan que tenemos muchos días de no poner la olla.
El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.
Acababan de celebrar las bodas de oro matrimoniales, y no sabían vivir ni un instante el uno sin el otro, o sin pensar el uno en el otro, y lo sabían cada vez menos a medida que se recrudecía la vejez.
El amor es una peste.
Tomó conciencia de que la muerte no era sólo una probabilidad permanente, como lo había sentido siempre, sino una realidad inmediata.
Toda bendición no aceptada se transforma en maldición.
Su dolor se descompuso en una cólera ciega contra el mundo y aun contra ella misma, y eso le infundió el dominio y el valor para enfrentarse sola a su soledad.
Tú ni siquiera necesitas entender el desierto: basta con contemplar un simple grano de arena para ver en él todas las maravillas de la Creación.
Era todavía demasiado joven para saber que la memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y que gracias a ese artificio logramos sobrellevar el pasado.
La historia de la familia era un engranaje de repeticiones irreparables, una rueda giratoria que hubiera seguido dando vueltas hasta la eternidad, de no haber sido por el desgaste progresivo e irremediable del eje.
Lo único que llega con seguridad es la muerte, coronel.
Por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero.