En las noches, cuando se instalaba ante su pequeño altar doméstico a conversar con Dios, dudaba azorado si sus únicos impulsos serían el amor al prójimo y el ansia de justicia, o si en sus acciones no habría también una soberbía satánica.
En las noches, cuando se instalaba ante su pequeño altar doméstico a conversar con Dios, dudaba azorado si sus únicos impulsos serían el amor al prójimo y el ansia de justicia, o si en sus acciones no habría también una soberbía satánica.