La ingratitud es lo peor, Bonifacia. Hasta los animales son agra decidos. ¿No has visto a los frailecillos cuando les tiran unos plátanos?
Después de llamar Kainene volvió y se sentó en la cama, y en el silencio que los separaba él se sintió de pronto agradecido de que el carácter resuelto de la joven no le permitiera comportarse de forma victimista, esconderse detrás de alguna excusa.