Nunca debes comportarte como si tu vida dependiera de un hombre. ¿Me oyes?. Tu vida sólo te pertenece a ti, soso gi.
Una mujer que a pesar de los años conservaba intacta su determinación, una mujer que no se aferraba a los bordes del abismo sino que caía al abismo con curiosidad y elegancia.
Sí, pero que haya niñas. Que yo quiero bordar y hacer encaje y estar tranquila.
Nacer mujer es el mayor castigo.
El corazón de la hembra es un laberinto de sutilezas que desafía la mente cerril del varón trapacero. Si quiere usted de verdad poseer a una mujer, tiene que pensar como ella, y lo primero es ganarse su alma. El resto, el dulce envoltorio mullido que le pierde a uno el sentido y la virtud, viene por añadidura.
Las mujeres se acostumbran a todo; depende del cariño que les den. Igual puede acostumbrarlas un amor juvenil que un amor paternal.